Soy amiga del sol, para qué negarlo. Me encanta tostarme tumbada sobre un pareo, una toalla, hamaca… Lo que sea… Desconectar del mundo escuchando música y saboreando un mojito; y si encima me lo traen, ni te cuento. Siguiendo las pautas oportunas en verano, el sol, puede ser un buen amigo.

Y pensar que hasta los años 20, tener un cuerpo moreno era reflejo de pobreza y austeridad… Sí, gracias a que Coco Chanel era una mujer que marcaba tendencias, aprendimos que una piel bronceada podía ser bonita. Otros nombres como Josephine Baker, “La mujer de piel de caramelo” también ayudaron al auge de esta moda que pronto cumplirá cien años.

Las imprudencias del verano.

Hace unos días, una amiga me dijo algo así como: “me horroriza ese moreno de color lila que veo a veces en la playa” sí, por desgracia, hay gente que aún no está familiarizada ni con la estética y ni con los problemas de salud. Lo que nos lleva a la parte que tal vez no nos complazca tanto leer; y es que por mucho que nos guste lucir un bronceado bonito y que además éste sea duradero, deberíamos tener claro que no se consigue sólo echándole horas en playas, barcos, piscinas y terrazas. De hecho, no ayudará en absoluto si no estamos bien hidratadas por dentro y por fuera, o si nuestra piel no está libre de impurezas. Seguro que todos sabemos que es imprescindible usar una buena protección solar cada vez que nos exponemos al sol, y con eso quiero decir también cuando salimos a la calle.

Si vamos más allá, se está poniendo de moda algo que me aterroriza, el Sunburn Art. No hace mucho, The Daily Mirror sacó un artículo de una nueva práctica entre la gente joven: aplicarse protección solar sobre el cuerpo de forma estratégica simulando formas, como si fuera una plantilla para graffiti. De esta manera la piel desprotegida se quema dejando “un enorme tatuaje. Y yo me pregunto, ¿hasta dónde seremos capaces de llegar?

El verano como aliado de tu bronceado.

Pero no todo son malas noticias, también he visto por ahí que hay algún que otro “gadget” que se preocupa por todo esto, por ejemplo la pulsera Smartsun, que te avisa cuándo tienes que volver a untarte crema o si tienes que ponerte a la sombra, entre otros mensajes. ¿Funcionará?

Por último, me gustaría despedirme con optimismo y romper un poco con los titulares que nos vienen este año porque, como he dicho antes, soy amiga del sol y lo soy porque entre muchas virtudes, es antidepresivo, vaso dilatador, reductor del colesterol, mineralizado de huesos y dientes (Vitamina D), productor de melanina (Somnolencia)… Y podría seguir. Así que, bien llevado, podemos disfrutar de su compañía y mejorar nuestra autoestima si nos gusta estar bronceadas.

¿Y tú? ¿Eres amiga del sol?

Cúentamelo en los comentarios 🙂