HALLOWEEN O TODOS LOS SANTOS… DÍA DE MUERTOS

Cómo conseguí que mi hija se maquillara de La Catrina sin enfadarse por no ir maquillada como Elsa de Frozen.
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Maquillaje Barcelona La Catrina
Grabado en metal del caricaturista José Guadalupe Posada en 1910. Imagen encontrada en Wikipedia.

Fue en marzo, durante las vacaciones de Semana Santa. Los niños, es decir, mi hija y mi marido, me llevaron al cine para ver El libro de la vida. Desde entonces el personaje de La Catrina me tiene fascinada.

Por lo que he podido ver, el diseño de dicho personaje remonta a un grabado en metal de 1913. Una caricatura de José Guadalupe Posada; aunque por aquel entonces su nombre era “La Calavera Garbancera” y su propósito, una crítica a los mejicanos que repudiaban su sangre indígena para aparentar una falsa distinción europea. Los huesos de la caricatura no estaban vestidos, sólo un sombrero, más francés que mexicano, cubría su cabeza.

Nada que ver con la muerte hasta que en 1947, el muralista Diego Rivera en su obra “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central” vistió al esqueleto y lo popularizó como La Catrina. A medida que pasaron los años, este personaje, fue convirtiéndose en la imagen de la muerte en México; hasta tal punto que hoy, es cada vez más común encontrarla en la celebración de Día de Muertos. ¿Por qué empiezo este post como si fuera un libro de historia? Porque si al salir del cine, me fascinó La Catrina, al conocer esta historia, me enamoré de ella 😉

Hay que acabar con Elsa

— ¡Yo soy La Catrina! —Gritó mi hija al salir del cine.

— ¡Por dios! —Le dije al niño.— ¡Tenemos que ir a… Da igual dónde… Hay que encontrar juguetes, ropa, posters… Cualquier cosa de El libro de la vida!

— ¿Ya? —Contestó mi marido, mientras intentaba esconder barriga. Hay que decir que le había crecido considerablemente después de comerse el pack familiar de palomitas.

Tenía ante mí una oportunidad de oro para que mi hija abriese un poquito más su mundo mágico. Por aquel entonces, todavía quedaban mucho para llegar a Halloween y los carnavales habían pasado. Supongo que, por los nervios de la emoción, no se me habían ocurrido ideas como improvisar un disfraz o maquillarla de La Catrina. Sólo pensaba en encontrar cualquier tipo de merchandising de El Libro de la Vida. Tenía que borrar de su cabecita a la princesa de los ojos grandes de una vez por todas. ¡Daba igual a qué precio!

Pero no encontramos nada ese día y La Catrina se esfumó en cuanto mi hija entró a su cuarto. Elsa estaba esperándola con su singular sonrisita, sentada sobre las sábanas de la cama donde podíamos ver, para rematar, el encantador retrato de ella y su hermana Ana. Por un momento me dio la impresión de que los enormes ojos de aquella muñeca se burlaban de mi.

Tenía ante mí una oportunidad de oro para que mi hija abriese un poquito más su mundo mágico. - Tuitéalo          

La estrategia para el maquillaje del 1 de noviembre

Llegó octubre y, entre que Halloween se acercaba y que en iTunes ya se podía comprar El Libro de la vida, pensé que era un momento idóneo para volver a atacar.

Al sábado siguiente, aunque hacía un día expléndido, pensé que ver una peli en casa era un buen plan y…

— ¡Yo soy María Posada! —Gritó mi hija cuando la película estaba a punto de acabar.

— ¡Y yo La Catrina! —Chillé con todas mis fuerzas.— ¡Y papá será Xibalba!

— ¿Yo? -Preguntó mi marido, mientras hacía abdominales queriendo quemar las dos bolsas de palomitas que había comido. Cualquier excusa es buena para él. ¡Niños!

— ¡Sí papá será Xibalba y haréis magia!

— Pero habíamos hablado de que iría de Luck Skywalker desaparecido. —Protestó mi marido.— Ya tenía la historia montada. Luck vuelve a Hoth, el planeta de nieve…

— ¡Shhhhht! —Le interrumpí.

— ¡Olaf! ¡Papá irá de Olaf! ¡Yo le ayudaré a vestirse y será como cuando Elsa le hace un muñeco de nieve a Ana!

— ¡Joder! —Se me escapó.

Hay que decir que delante de mi hija intento no soltar tacos, pero fue un acto reflejo… De esos que o lo sueltas, o lo sueltas…

A día de hoy, no sé si estaré entrando en estado de paranoia o será cierto que Elsa me vigila; pero no es normal que el miedo me atrape con una dulce muñeca de Disney y que mi única salvación sea una calavera mexicana. ¡Menuda paradoja!

Sea lo que sea, ya he tramado un nuevo plan. Esta tarde dejaré a mi hija jugar con mi tablet. No se espera ver la nueva foto que he puesto en el escritorio; y sabiendo que ella no soporta más de cinco minutos una peluca… Creo que esta vez ganaré la batalla…

¿QUIERES SABER CUÁL ES MI PLAN?

Hay que decir que delante de mi hija intento no soltar tacos, pero fue un acto reflejo… - Tuitéalo          

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