
Hace algunos años, tomando una copa con Alex de la Iglesia en la terraza del Meliá Sitges, entre risas y alguna que otra barbaridad, me dijo: “el festival de Sitges es un festival divertido”. Y sí, estoy totalmente de acuerdo con esa reflexión. Como maquilladora profesional, tengo que agradecer este tipo de muestras porque, pese a lo que mucha gente pueda opinar, el maquillaje cinematográfico no es sólo sangre, heridas o cicatrices. Tampoco en un certamen como este. Pero es divertido y a veces halagador 😉

Si te ha gustado este post… ¡No olvides comentar y/o compartir! 😉